jueves, 6 de marzo de 2014

Mama said

En el trayecto de esta mañana, en uno de los cambios de transporte que suelo hacer, del tren al metro, he dejado de leer el libro con el que estoy enzarzada ahora, El viaje al amor de Punset (más adelante os contaré unas cuantas cosas de esta trilogía) y, pensando aún en ciencia me tenía este hombre mientras buscaba el abono transporte por mi bolso desastre, cuando de forma espontánea he empezado a tararear "rebel my new last name, wild blood in my veins....".
Mi cerebro a veces me sorprende con alguna de estas sorpresitas y he tardado un minuto (hasta que he llegado al estribillo...) en descifrar que la cancioncilla era Mama said, que hace lo menos un año que no escucho.
Desesperada he buscado en mi móvil para ver si la llevaba (y también por el bolso desastre unos auriculares enredados con unas llaves en algún lugar), porque han pasado muchas cosas desde la última vez que esa canción estuvo presente en mi vida y no estaba muy segura de si la tenía e iba a poder sentir la satisfacción de escucharla en ese mismo momento. Y ahí estaba, esperándome paciente porque siempre vuelvo a caer, mi recopilatorio de Metallica!!
Qué subidón ir a las 7 de la mañana por las calles casi vacías de Madrid cantando con la furia que se merece este temazo y prácticamente sintiéndome protagonista de mi propio vídeo musical, como cuando era una cría.
Al llegar al semáforo, se me ha acabado la canción y he tenido tentaciones de volverla a poner pero entonces ha empezado el punteo de Nothing else matters y me he querido morir. Qué de recuerdos por favor... De la época en que conocí a mi chico, los dos cantando estas canciones y sacando las notas con la guitarra mientras hacíamos pellas en el césped de Cantoblanco, cuando nació mi hermana pequeña y mi otra hermana y yo ayudábamos a mi padre en su trabajo recogiendo piso por piso las bolsas de basura de los vecinos de una comunidad (qué de "tesoros" nos encontramos mientras estas canciones sonaban en nuestros walkman), tantas aventuras en autobús por el extranjero acompañados por estos acordes y, tiempo más tarde, ya más mayores, ya rodeados de bebés, desgañitandonos en el coche durante algún viaje,...
Cuando llegaba a mi trabajo a la máquina de fichar empezaba a sonar Fade to black y yo llevaba ya una marcha encima que no he sabido si pasar la dichosa tarjetita o volver por donde he venido y correr y gritar y cantar libremente. 
Finalmente me ha vencido la razón (casi siempre puede conmigo!) y he fichado, y he entrado a trabajar.... Pero, ese ejercicio de contención ha tenido que salir por algún lado y.... no me ha quedado otra opción que "torturar" al personal con mis grandes éxitos toda la mañana, jejejeje...

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