martes, 18 de febrero de 2020

Ghee

Hace mucho tiempo que empecé a interesarme por el Ayurveda, la ciencia de la larga vida, ya que está muy relacionado con el yoga.
El ayurveda cubre muchísimos campos y uno de ellos claro está es la alimentación.
Cuanto más leía acerca de alimentación ayurvédica, más veces salía el ghee, como alimento o como ingrediente de muchas recetas, así como, cosmético o remedio para diversas dolencia; de hecho, en la India se dice que el "elixir dorado" posee unos mil potenciales de curación.
Busqué por internet de qué se trataba y es una mantequilla clarificada, esto es sin sólidos de la leche, sin proteínas ni carbohidratos, sólo grasa pura (de la buena: omega-3, ácido linoleico conjugado y ácido butírico pero, consumiéndola con moderación), vitaminas (entre ellas B12) y minerales. Cuando descubrí que era un lácteo, me decepcioné un poco y decidí obviarlo en mis recetas, ya que yo no los consumo, pero seguía tropezándome con él en mis estudios de la larga vida.
Al buscar más información, nada más que puedes encontrar maravillosas propiedades acerca de este producto, así que ya no pude resistirme a probarlo.
Es carillo de precio, pero la verdad es que vale la pena y sienta fenomenal, sobre todo, en las épocas más frías del año. Un botecillo de unos 4 € me cundió bastante pero, aún así, al terminarlo, decidí elaborarlo yo misma.
Es muy fácil y barato prepararlo, además vale la pena para los desayunos o las recetas más especiales. Su aroma es dulzón y su sabor tostado, como a galletas, uhmmm. Se mantiene a temperatura ambiente muy bien y se dice que cuanto más viejo es, más propiedades pueden aplicarsele.
Os anoto la recetilla por si os interesa probar sus mil virtudes....

RECETA DE GHEE

Se necesitan únicamente dos bloques de mantequilla, si son de leche ecológica mejor y, unos 25 minutillos.




Se calientan en una cazuela hasta que se derritan.



En este momento se empieza a remover y ya no se puede parar o se nos quemaría.



Primero, saldrá espuma y finalmente burbujas cuando rompa a hervir. En este momento, el fuego debe bajarse.



Seguir removiendo hasta que el aspecto sea de líquido dorado transparente.



Al final de la cazuela, quedarán los sólidos lácteos quemados. Debe evitarse en lo posible echarlos en el bote donde guardaremos el ghee.



Finalmente, el ghee tendrá este aspecto dorado y transparente. Aunque en estos meses fríos, según se vaya enfriando cogerá una textura pomada. Se puede usar en recetas dulces y saladas pero, mi favorita es en tostada con un tecito.
Espero que os animéis a probarlo, aunque sea para consumirlo en momentos puntuales o utilizarlo tópicamente en alguna de sus aplicaciones curativas.



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