jueves, 11 de marzo de 2021

Animal instinc

Hoy va de reflexionar... 

Ya hace un tiempo que me suscribí a una de esas app de audiolibros y ebook. La verdad es que me encanta hacer búsquedas de novedades y no puedo evitar sentirme como cuando de chiquillas, íbamos las amigas al centro a pasar la tarde mirando en las librerías. Mirabas con anhelo las primeras páginas de un libro que te encantaba y calculabas  cuánto te quedaría en la hucha a fin de mes si lo comprabas. Pues, estas app son como barras libres de libros de las temáticas que elijas, una gozada!

Escucho/leo novelitas históricas, de amor, de pena, de crímenes... pero de vez en cuando, cae algún librillo de crecimiento personal. Y me he dado cuenta de que, la mayoría de estos libros induce a la búsqueda de la felicidad. Todos tienen sus trucos y recomendaciones para que puedas alcanzar el tan preciado estado y, por eso, después de haber pasado por unos cuantos escritos, me pregunto ¿quién nos ha metido en la cabeza que nuestra meta en esta vida es encontrar la felicidad?. Quizá, ¿los cuentos infantiles con sus "y comieron perdices..."?. Qué engañifa! Seguro que otros días no había perdices y comían otra cosa... O los principes se levantaban sin ganas de manchar la cocina y preferían bajarse a por un kebap... A lo mejor el palacio sufría de goteras o mojaba al vecino "principesco" de al lado... Tal vez, los principitos pasaban mala noche, o traían malas notas, o qué se yo... Otros días, seguro que volvían a comer perdices, si se daba bien la cosa, pero, la mayoría del tiempo tendrían sus movidas, como todos.

En mi humilde opinión, la vida no puede ser una carrera por alcanzar la felicidad y por lo tanto, esa, no debería ser la meta frustrante de nadie.

Aún cuando logres la felicidad (si es que existe ese estado), ésta no durará porque todo, absolutamente todo, es impermanente: la salud, la vida (hay que aceptar que todos vamos a desaparecer), las posesiones, el trabajo, la belleza, las vacaciones... pero, también lo menos bueno como el dolor, los problemas, la enfermedad, el panorama político... y, por supuesto, la felicidad.

Y entonces, ¿por qué lucharemos? ¿qué nos queda? Pues sólo queda el agradecimiento por este instante, en el que estoy viva y puedo respirar. Un pequeño momento en el que centrar la mente para sentirnos nosotros mismos, bien, sin que otras ilusiones nos atrapen, sólo una sensación efímera de bienestar y de amor por nosotros y por los demás. Algo tan sencillo como ser consciente de mi realidad y sentirme cómoda en ella, y agradecer esos escasos segundos de... ¿felicidad?.

Solo viviendo el momento presente con consciencia podremos seguir sin error nuestro verdadero instinto animal natural. Ese que nos guía sabiamente, tan sólo fijándose en la temperatura, la luz, las fases lunares,... como a los animales no humanos y las plantas que, sin google calendar ni smartphones, ni pegatinas en su agenda molona tipo "hoy lo voy a petar"... Ellos saben qué comer y cuándo ayunar, cuándo descansar, cuándo hibernar, cuándo echar brotes, cuándo florecer,... Ellos no planifican ni se frustran buscando nuevas herramientas externas para llenar su vacío. Sólo sienten y fluyen.

A lo mejor de eso trata la felicidad, de no programar eventos, de no desear nada, de aceptar la vida con ecuanimidad, disfrutando cuando se pueda o aprendiendo de las situaciones que no logremos entender del todo.

Parece difícil, pero, ¿por qué no intentarlo cada día con pequeños gestos?. Al fin y al cabo y, a pesar de su impermanencia y brevedad, el premio bien vale la pena.

 

 

 

jueves, 4 de marzo de 2021

Recetillas fáciles especial Mrs Bean sin gluten

Pues hacía un montón de tiempo que no traía un especial de recetillas y no será porque no he practicado, eh? Lo que ocurre es que como Mrs Bean que soy, una tiene sus fracasillos culinarios (por ser amable, a veces son desastres...) y tarda en poner a punto algunos protocolos pero, después de mucha experimentación, por aquí estoy de nuevo a ver si os doy algunas ideas fáciles...

Justo antes de la cuarentena me hice unas pruebecillas médicas y resulta que descubrí que el gluten no me va lo que se dice bien así que, ahora mis recetas vegetarianizadas han sufrido una vuelta de rosca y... también son sin gluten... más difícil todavía... Que va! no es tan difícil cuando das con los sustitutos adecuados y, aquí os voy a chivar unos poquitos que me han dado la vida...

La estrella de la cocina sin gluten para mí ha sido... tacháaaaaan!! la harina de maíz precocida

La hay de maíz blanco o amarillo. No pongo marcas pero las hay de muchas casas en multitud de supermercados. No es nada difícil encontrarla y es un alimento de calidad nutricional muy buena (A en el Nutri-Score). Es la que se utiliza para hacer las deliciosas arepas... uhm... Y, la receta de arepas ya es facilísima en sí misma (tanto como unir esta harina con agua para formar una masita, hacer bolitas, aplanarlas y freirlas con una gotita de aceite vuelta y vuelta. Las instrucciones vienen en los paquetes) pero, además, se puede utilizar para todo lo que habitualmente utilizabas el pan rallado (y debo decir que, con mejores resultados, porque amalgama mejor).

De esta forma, se puede empanar, amalgamar masas o rebozar todo lo que se os ocurra. Como ejemplo os pongo a continuación la receta de albóndigas vegetarianas sin gluten que engañan a cualquiera (porque están tan ricas como las que hacía tu abuela). Por cierto, no pongo cantidades porque son recetas de toda la vida y cada uno las hace a su rollo... En mi caso, sólo he customizado un poco la receta para que se amolde a nuestro estilo de alimentación. Pero, si a alguien le interesa las recetas completas que se manifieste y las cuelgo sin problem...

Estas albóndigas son de proteína de guisante pero igualmente se podría utilizar soja texturizada, lentejas, garbanzos, arroz, avena sin gluten.... Una vez hidratada la proteína, se le da el mismo tratamiento que harías con la carne para hacer albóndigas o filetes rusos (ajo, perejil, vino blanco, huevo o mezcla no-huevo con harina de garbanzo...) y por supuesto, se le añade la harina de maíz precocida para ligar la mezcla. Después, hacer bolitas, pasar por la sartén y hacer una salsa rica. Si os sobra (ya os digo que no), la misma mezcla de proteína se podría utilizar también para rellenar unos pimientos.

El siguiente alimento que me ha ayudado en la transición sin gluten es la polenta o sémola de maíz (si! como véis el sustituto principal del trigo para panes y rebozados es el maíz, por ello, como con todo, debe entrar dentro de una dieta variada). Con la polenta y agua hirviendo se crean masas (las instrucciones vienen en los paquetes) que luego puedes cortar y freír como filetitos, mezclar con verduras y enmoldar como un pastel de verduras o bien... lo mejor de lo mejor! hacer croquetas muy fáciles!! Y, ésto os sirve también a los que podéis tomar gluten pero sois incapaces o no tenéis tiempo, de hacer una bechamel con la que se pueda trabajar, como a una servidora que siempre me quedaba como slime. Con la polenta, en 5 minutos consigues una masita tipo bechamel a la que puedes añadir los ingredientes que quieras (en el ejemplo de abajo, pusimos queso mozzarella y tomate seco a daditos). Una vez fría, se procede como la receta de croquetas convencional sustituyendo ciertos ingredientes: se le da forma, se pasa por harina (de arroz, maíz, trigo sarraceno...), huevo (o no-huevo) y... la harina de maíz precocida (que aquí se comportará como pan rallado). Se fríen y... voila! Alucina vecina!

Por otra parte, estaba el tema pan. Vivir sin pan, para los que nos gusta mucho, es durillo. Como no me gustan los preparados panificables (y sus mil extraños ingredientes) al principio, sustituía el pan, en plan sanote, con verduras tipo endivia, zanahorias, etc... Pero, la vida era menos alegre... jeje. Así que, practiqué muchas recetas, comí muchos panes horribles (porque nunca tiro nada de comer), me hice con unos cuantos ingredientes básicos, me sumergí en el mundo de la masa madre y, cuando estaba a punto de rendirme... dí con ello... creo que puedo decir, que ya lo tengo... Eureka! 

Así que fabuloso, esta semana santa tendré torrijas, sin gluten, pero torrijas igualmente para hacer con la receta fácil de Mrs. Bean... Si os interesa la fórmula infalible del pan sin gluten casero, barato, riquísimo y sin artificios, manifestaos y os la compartiré, compañeros (esa sí que va con cantidades precisas y medidas, que, si no, no sale...).

Espero haberos ayudado un poco con mis descubrimientos sin gluten. ¿Alguna idea más? Estáis en vuestra casa, os leo en comentarios. Hasta pronto!