Es curiosa la forma en la que las personas que no vemos bien aceptamos enseguida sin rechistar cuando nos ponen gafas. A veces, hasta nos alegramos... "mira me he comprado unas gafitas moradas más monas" y encima te las pones y vuelves a ver con una nitidez increíble y claro, se convierten en tus compañeras inseparables. A partir de ahí, sólo miramos hacia adelante, a través de nuestros cristales nuevos antireflectantes, anti UV y antitodoelmundoexterior que, nos protegen y pensamos que se ha solucionado el problema. Pero, nada más lejos de la realidad. Seguimos viendo mal, el problema está ahí con un parche por encima (las gafas/lentillas) y cada vez más lejos de solucionarse.
Si buscáis información, podéis encontrar multitud de fuentes en las que se explica cómo ejercitar los ojos para intentar rehabilitarlos en la medida de lo posible, para que el problema no vaya a más, y así, dejar de apoyarnos en la muleta aceptada alegremente por la sociedad.
No se trata de quitarse las gafas e ir por ahí guiñando el ojo y forzando la vista ya que, ésto sería muy perjudicial. Igualmente, tampoco se trata de quitarse las gafas de sol y mirar hacia el astro rey con el ojo desnudo porque podríamos dañarnos los ojos de forma irreparable.
Sólo se trata de ser consciente y constante y hacer unos ejercicios con los ojos con el fin de fortalecerlos y hacerles soltar sus tensiones, de mirar a lo lejos (y de cerca) sin forzar, aceptando lo que somos capaces de ver y lo que no, de estimular la retina para que no sea tan sensible a la claridad y a la luz solar (y así no depender tanto de las gafas de sol), de mejorar la visión periférica...
Hay muchos cursos en distintas ciudades por si os queréis informar (sólo tenéis que escribir "yoga ocular" en cualquier buscador).
Yo por el momento me he acercado a esta técnica de la mano del Dr. Meir Schneider, que es un experto en recuperación visual, a través de sus vídeos y sus libros.
Llevo más o menos un mes practicando sus consejos diariamente (unos días mejor que otros, dependiendo del humor de mis enanos y los huecos que me dejen) y he de decir que, sigo utilizando gafas pero, ya no las llevo de la mañana a la noche... Las utilizo para mirar pantallas y para conducir. El resto del tiempo ya no las llevo... y me siento liberada. Al principio me agobiaba un poco pero, con los consejos de este señor he aprendido a aceptar lo que veo bien y lo que veo mal sin forzar la vista para nada (es lo que él llama, "mirar con ojos blandos"). A veces no saludo a la gente conocida o el suelo que acabo de barrer resulta que cuando te acercas y lo miras bien está lleno de migas (y de hormigas...), pero son "males secundarios" que le pueden ocurrir a cualquier Mrs Bean...
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